Carta del presidente de la INTOSAI – junio de 2025
Acercar para Transformar: La Dimensión Pedagógica de las Entidades Fiscalizadoras Superiores
Por Secom / Serint
Las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) en todo el mundo han asumido un rol cada vez más estratégico en el fortalecimiento de la gobernanza y la integridad pública. Más allá de su función esencial de fiscalización, estas instituciones amplían su actuación al invertir en educación, orientación y desarrollo de capacidades. Este enfoque institucional no solo busca identificar fallas, sino también prevenirlas y, en lo posible, evitarlas desde su origen.
La dimensión pedagógica de las EFS refleja una concepción moderna y sistémica del control externo, que prioriza la prevención por sobre la rendición de cuentas ex post. En varios países, los bajos índices de recuperación de recursos públicos mal utilizados refuerzan la necesidad de promover una cultura de cumplimiento, aprendizaje y mejora continua en la gestión pública, con un enfoco en la prevención de irregularidades.
Este rol educativo puede ejercerse a través de múltiples frentes. Algunas EFS han creado centros de capacitación, formación y escuelas de gobierno, como el Instituto Serzedello Corrêa (ISC) de Capacitación en Brasil, que ofrecen formaciones técnicas y conductuales, así como programas de posgrado. Estas iniciativas están dirigidas tanto a los propios auditores como a gestores públicos y ciudadanía en general. Esta estrategia proactiva contribuye al fortalecimiento de una cultura de transparencia y responsabilidad en la administración pública, promoviendo una gestión más ética y comprometida mediante directrices claras y orientaciones sobre el cumplimiento normativo.
La función pedagógica de las EFS también se extiende a la sociedad civil. A través de políticas de comunicación inclusivas y accesibles, estas instituciones han establecido vínculos más estrechos con la ciudadanía, explicando de manera clara y didáctica cómo funciona la fiscalización pública, cómo deben gestionarse los recursos públicos y de qué manera la sociedad puede participar en los procesos de fiscalización. Esta educación cívica, al mismo tiempo informativa y movilizadora, fortalece la democracia y hace que los órganos de control sean más receptivos a las demandas sociales.
La experiencia demuestra que el acercamiento a los gestores públicos, mediante el diálogo y la oferta de orientación técnica, puede generar transformaciones más significativas que una actuación exclusivamente reactiva. Este enfoque no implica renunciar a la función de control, sino ejercerla de manera más efectiva, preventiva y alineada con la realidad operativa de la administración pública. En este contexto, educar también es fiscalizar: mediante la cooperación, el diálogo y el enfoque en resultados sustentables.
Invito a todas las EFS a reflexionar sobre cómo pueden fortalecer su dimensión pedagógica, fomentando una cultura institucional que valore el conocimiento, la mitigación de riesgos y el aprendizaje como herramientas esenciales de fiscalización pública. Que juntos sigamos contribuyendo a la construcción de sociedades más justas, transparentes y resilientes.