Esa nueva funcionalidad, disponible en enero de este año, convierte tareas, que anteriormente se realizaban manualmente, en automáticas, optimizando el proceso de trabajo de monitoreo del IGG. El sistema detecta automáticamente cuando el gestor termina de responder las 100 preguntas del cuestionario de 2018, reúne y analiza los datos (comparándolos con las respuestas oficiales de 2018), genera el informe resultante y lo envía por correo electrónico a la institución. 

El autoservicio se encuentra disponible para el público en la versión de prueba, con un monitoreo para evaluar si todo está funcionando correctamente. Puesto que la responsabilidad por la calidad de la respuesta recae completamente sobre el gestor, el TCU no da validez a los resultados de la autoevaluación. 

Creado en 2017, basado en encuestas anteriores en áreas restringidas, hoy el IGG ofrece a las instituciones una visión general de su sistema de gobernanza para que puedan compararse con el de otras organizaciones similares o del mismo segmento de actuación.

Ventajas de conocer el IGG:

• identificación de áreas con mayores riesgos y mejores oportunidades de mejora;
• conocimiento por parte de la organización de sus fortalezas y debilidades, en relación a la gobernanza, de modo que puedan compararse con las demás organizaciones de su grupo; 
• identificación de fragilidad y percepción de que esta fragilidad puede ser común en otras organizaciones similares o, incluso, la percepción de que otras organizaciones ya resolvieron esa fragilidad, permitiendo buscar en ellas la experiencia y mejores prácticas para superar los problemas.